Los síntomas de los tumores intracraneales aparecen cuando el tejido cerebral ha sido destruido o cuando aumenta la presión en el cerebro. Ya veremos que esto puede suceder tanto en tumores malignos como en benignos.
Los síntomas generales empiezan por la alteración de algunas funciones mentales, sobre todo enlentecimiento y apatía, cefalea, vómitos, nauseas, inestabilidad, crisis epilépticas generalizadas y edema de papila (hinchazón del nervio ocular a causa de la presión en el cerebro); la mayoría de estos síntomas están causados por la presencia de hipertensión intracraneal.
Existen síntomas más graves que produce el propio crecimiento del tumor y dependen de la localización topográfica de la lesión. Los más comunes son:
– paresias (parálisis transitorias o incompletas)
– crisis motoras parciales
– afasias (problemas para utilizar el lenguaje)
– apraxias (problemas para realizar ciertas secuencias de movimientos, por ejemplo, abrocharse un botón)
– agnosias (la persona puede percibir los objetos pero no asociarlos con el papel que habitualmente desempeñan)
– alteraciones campimétricas (de la visión)
Existen otros síntomas localizados en zonas alejadas del cerebro: se llaman síntomas de falsa localización y se deben a la misma hipertensión intracraneal o al desarrollo de un síndrome de herniamiento cerebral (un desplazamiento del tronco encefálico a causa de la presión).